Santisteban del puerto se convirtió en la tarde del 7 diciembre en el punto de encuentro de los jóvenes de toda la Diócesis procedentes desde Villargordo, Alcalá la Real, Úbeda, Sabiote, Chiclana de Segura, Castellar, Cambil, Martos, Linares, Higuera de Calatrava, Santo Tomé y del propio Santisteban.
Dieron la bienvenida y dinamizaron la recepción los delegados Episcopales de Juventud de la Diócesis de Jaén, Juan Carlos Córdoba y Pepe Navarrete que con su simpatía y cercanía hicieron el arranque oportuno a la primera dinámica de la tarde.
La Gymkana Mariana. Consistió en una ruta organizada por los diferentes aspectos marianos que mueven a la población de Santisteban en torno a María Santísima del Collado Coronada. Lugar de la aparición, Mayordomía, Parroquia de San Esteban y el Santuario de la patrona.
Una vez los grupos se dieron cita en el Santuario de la Virgen del Collado, dio comienzo la vigilia de Adoración a los pies de la Madre. Un caminar que llevo a nuestros jóvenes a encontrarse consigo mismo ante Jesús sacramentado y con María Inmaculada. Durante la misma vigilia, los jóvenes tuvieron la oportunidad de acercarse al sacramento del Perdón, gracias a los Sacerdotes desplazados hasta Santisteban desde diferentes comunidades parroquiales de la diócesis.
Tras la bendición y la reserva del Santísimo, dio comienzo la procesión por las calles del municipio en la que con alegría y un gozo inmenso, se fueron cantando cantos alternados con el rezo de una adaptación mariana del Santo Rosario. Está procesión finalizo en la Ermita del Ejido, lugar del recibimiento y donde se llevo a cabo la Eucaristía presidida por nuestro Obispo, Mons. Sebastián Chico Martínez.
Don Sebastián, tras agradecer a la comunidad parroquial y Cofradía la acogida invito a los presentes a ver a María como el punto de encuentro de todos los jóvenes. Ser valientes para decirle al mundo que somos cristianos apoyándonos en la figura de María en tres virtudes, en la valentía del “Si”, en la docilidad al acoger la palabra en su vida y por su disponibilidad al plan de Dios. Al finalizar, nuestro Pastor invito a los jóvenes seminaristas a subir al altar y hacerse presentes, el semillero vocacional tan importante para nuestra misión compartida.
Al finalizar, la parroquia anfitriona, tuvo a bien invitar a los presentes y participantes a un chocolate caliente y churros, que junto a la música del Coro Kehilá hicieron de un cierre perfecto a una Vigilia de la Inmaculada para el recuerdo.
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